Esta obra de Jesús Cárdenas cumple los requisitos de la poesía de verdad, en la que es necesario ser lector cómplice. No basta con leer, ni siquiera basta con saber o entender, hay que dejarse llevar y estar preparado para cualquier cosa. Si eres pusilánime o te preocupan las emociones, cierra este libro. Si no quieres verte involucrado en un sinfín de sensaciones, deja este DESPUÉS DE LA MÚSICA de lado. A este tipo de libros se llega por la complicidad, por el abandono, por la necesidad de estar vivo más allá de la simple respiración, del trabajo cotidiano o de los asuntos domésticos.