Aquellos que logran hacer más cosas con menos esfuerzo están más dispuestos, son más capaces, y de hecho, más eficientes. Están mejor preparados para tomar decisiones clave. Aquí, entonces, hay un punto de vista totalmente nuevo respecto a la eficiencia; no en un sentido mecánico, sino en cuanto a pensamiento, emoción y esfuerzo. Además, aquí se encuentra la explicación de por qué el abordar el pensamiento es de una importancia capital. En resumen, lo que L. Ronald Hubbard proporciona es el medio exacto para superar los caprichos de la emoción y el esfuerzo del trabajo.