Hasta ahora, los estudios de los procesos electorales se habían realizado casi exclusivamente sobre regímenes democráticos, dando por supuesto que, en otros modelos políticos, tales procesos eran irrelevantes por cuanto solo servían para enmascarar mecanismos autoritarios de dominación. Se trata de una verdad a medias: las elecciones en este tipo de regímenes sirven también a distintos objetivos, desde su legitimación a posteriori hasta la «desactivación» de las corrientes de opinión