España y Marruecos. Relaciones bilaterales necesarias e impuestas. “Condenados a entenderseö. Separados por 14 insignificantes kilómetros en los que cada día perecen marroquíes y subsaharianos, por un Estrecho feroz, sin contemplaciones, sin diplomacia. Los tertulianos radiofónicos españoles ejercen la libertad de expresión que existe en España para desacreditar a sus vecinos del sur, y algunos para insultar su estructura monárquica y a sus dirigentes. A Marruecos llegan esas ondas hertzianas que maceran el odio al “colonialistaö, al que no ha abandonado la “arrogancia franquistaö. No nos comprendemos aunque creamos que debemos hacerlo. La falta de franqueza de los dirigentes de ambos lados, el escaso respeto mutuo y la incapacidad de ponerse en el lugar del otro, nos invaden.