A principios del siglo XX las grandes potencias coloniales se disputan en Marruecos el reparto militar y político de África. España, que se lame aún las heridas de la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, aspira a sacar tajada alcanzando un acuerdo con Francia sin desairar a Inglaterra y Alemania. En junio de 1910, el desembarco en Larache de las tropas españolas comandadas por el entonces teniente coronel Fernández Silvestre se traduciría más tarde, en 1912, en el inicio del