La primavera que no fue arrastrará al lector a situaciones tan surrealistas que -tal y como gira el mundo- casi bordean lo posible". El autor conjuga con acierto el tono intimista del diario con esa arriesgada falta de pudor al tratar los temas más escabrosos haciéndolos cotidianos, con la técnica aséptica de la novela negra, combinando a un tiempo humor un tanto sarcástico, literatura y enajena- miento, con sutiles dosis de amor y ternura, para retratar la soledad y la injusticia ante seres y situaciones inimaginables. Políticamente incorrecto y mordaz, Danny sabe adentrarse en nuestro cerebro hasta más allá de lo que la razón reconoce como posible, indagan- do en el origen de los miedos y las frustraciones, los tabúes o las pasiones, reescribiendo lo insólito desde una perspectiva personal y novedosa. Este libro llega justo cuando más falta nos hace, porque si algo evidencia esta pandemia es que sin locura no hay arte, y sin esas mágicas pinceladas de lo absurdo que la definen, quizá, la vida, muchas veces, carezca de alicientes.