Este poemario, que ahora nos presenta fray Victorino Terradillos Ortega, supone tanto la culminación de una vida artística, como la comunicación de algunas de sus experiencias espirituales vividas a la largo de su discurrir cotidiano; momentos de oración, lectura y contemplación en la humanidad y espacio.
Las fuentes de inspiración quedan patentes: salmos y poetas, pensadores y místicos, pensamiento y vida de Jesucristo, revelaciones hagiográficas, entre la naturaleza y el Arte. En ocasiones, el poeta se aproxima a los místicos mejores, a la poesía del silencio, a autores clásicos, y a otros más actuales, por puro juego.