Coincidiendo con la coronación del sultán Muhammad III y el avistamiento de una estrella de refulgente cola en el firmamento, un loco murabit vaticina funestas e inminentes calamidades para el reino de Granada. Quienes unos consideran profeta y otro hereje declara conocer el paradero del legendario tesoro de Tartessos, oculto en la intimidad de las fuentes del Gran Río, donde pudo nacer más musulmán que cristiano, y de donde salió y fue reintegrado para satisfacer a Gerión. Estas enigmáticas palabras son el detonante del inexorable relato del judío Yehúdah Ben Çaidón, traductor y archivero de la madrasa, autor de una historia secreta de la dinastía nazarí que, animada por la búsqueda del oro mitológico, abarca la práctica totalidad del siglo XIV. Compilación que es, a su vez, contraparte, complemento y continuación de El resplandor del plenilunio, la crónica oficial debida a su maestro y amigo Ibn al-Jatib, gran visir y copartícipe de esta aventura, que agotó la vida de su protagonista sin que en su transcurso perdiera su brillante y mágica cualidad. ¿Quién es Yehúdah? Él es Garnata al-Yahud, es Sefarad, es