La sociedad de los Maurellies mantiene a Sophie Blanch confinada en una mansión y fuertemente medicada para evitar que las reminiscencias le revelen que ella es la llave de salvación que evitará que Bálbas, su abuelo, esclavice a la humanidad y la someta al suplicio eterno. Sin embargo, los poderes oscuros no cuentan con la determinación de Sophie, que poco a poco va descubriendo su rol, pero también los sacrificios que deberá hacer para enfrentarse, sin garantías de éxito, a Bálbas y sus acólitos del inframundo.