Un día de primavera, Michaï, un viejo músico ambulante que escapó de los campos de concentración, pasa por delante de la estación de Bobigny (de donde salían los trenes que llevaron a más de 13000 judíos directamente al crematorio durante el régimen de Vichy). Un campamento de gitanos acaba de ser desalojado para poder celebrar los actos de conmemoración de la deportación. El anciano se encuentra con un niño gitano que está buscando a su familia, Nicolaï...
Desde el punto de vista de la infancia, los relatos de Viento de primavera (nombre en clave de la operación de expulsión de los judíos antes mencionados) evocan la despiadada connivencia de Vichy con la «solución final».